La infanta que no sabía nada, Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia, no quiere que se conserven fotografías suyas en el banquillo. Sabemos que es muy difícil en la época de Internet conseguir esto. Por eso, para colaborar con la infanta, nos permitimos proponer Continuar leyendo «Cristina no quiere fotos en el banquillo»
Sordo y «ahogau»
El otro día he recibido una carta de la Dirección General de la OGAU. En el mismo sobre, con un logo que parece el de wifi, dice que se trata de una «Campaña de detección precoz de la pérdida auditiva 2016».
Aparte de sonar muy mal eso de la OGAU (a mí me suena al «ahogau», que ya es mala leche, si lo unes a lo de sordo), lo de Dirección General suena como muy oficial. En el interior de la carta no explica en ningún sitio el significado, pero dice que la campaña cuenta con la colaboración de esa Dirección General y de Gaes, los del anuncio de Imanol Arias (anuncio que, por cierto, no he vuelto a ver desde que a Imanol se le relacionó con los papeles de Panamá).
Pero, a lo que vamos. He buscado en Internet eso de OGAU y veo que las siglas corresponden a unos organismos oficiales que se llaman «Oficina de Gestión Ambiental Unificada», cuya relación con la sordera me parece bastante improbable.
Para acabar con los despropósitos, la carta la firma un supuesto «Director de Prevención Salud Auditiva», cuyo nombre no aparece y cuya firma es un simple garabato, del que no se puede deducir ningún nombre.
Bankinter, el nuevo Viagra

La sucursal de Bankinter de Laredo (Cantabria) anuncia en su fachada: «Hay varias soluciones para cada problema, pero solo una erecta para cada cliente».
¿Será que muchos clientes se sentían impotentes ante los abusos de la Banca?
¿Será que los bancos, tras la victoria de Syriza en Grecia empiezan a ver afeitar las barbas del vecino y buscan nuevos nichos de mercado?
Se me ocurren unos cuantos comentarios, pero todos groseros, así que prefiero que cada cual saque sus propias conclusiones.
Cofidis: el crédito SIN… vergüenza

¡Qué ilusión! he pensado al recoger la carta. Por fin una entidad financiera que se preocupa de sus clientes. En efecto, la carta de Cofidis me anuncia que tienen reservados para mí 1.500 €. Y, además, «sin todo aquello que no te gusta».
Por eso se llama «Crédit Sín», haciendo un juego de palabras (algo burdo en mi opinión) entre sí y sin.
Claro que al leer que el crédito viene sin todo aquello que no me gusta he pensado inmediatamente que, como la publicidad, por ley, no puede engañar, tenía que ser un crédito sin intereses (que es precisamente lo que menos me gusta de los créditos). Pero, lamentablemente, no se trataba de eso. Lo que, según Cofidis, no me gusta, lo resumen en cuatro «Sin»:
- «SIN comisiones de estudio, apertura ni cancelación»
- «SIN esperas, en tan solo 24h»
- «SIN largos trámites, te pedimos muchos menos documentos de lo habitual: solo tu DNI y número de cuenta»
- «SIN dar explicaciones innecesarias»
Bien es cierto que el segundo «sin» tiene un asterisco al final en el que añade algún «con». Pero todavía cabía esperar que los intereses fuesen lo más bajos posible. Pero resulta que debajo del primer «sin», en letras más pequeñas, dice: «TAE: 24,51%. Tipo Deudor Anual: 22,12%». Es decir, que los 1.500 € se convierten, tras 41 cuotas, en 2.148,89 €. Es lo que yo llamaría un crédito SIN… vergüenza.
Como complemento, hay un interesante artículo sobre la usura en http://lamarinaplaza.com/2013/03/24/no-pague-mas-del-10-de-interes-es-usura/
Los piratas de Seguros Bilbao

Por fin una compañía de seguros utiliza un logo acorde con el tipo de negocio. La fotografía no está manipulada. Está tomada en Bilbao, el 7 de diciembre de 2014.
Esperamos que otras compañías, fundamentalmente los bancos, tomen ejemplo y empiecen a mostrar su verdadera naturaleza, aunque sólo sea por medio de su logotipo.
Competencia desleal
Estas páginas nacieron para destrozar la imagen pública de quienes se lo merecen. Pero hay veces que son las propias entidades las que se empeñan en hacernos una competencia desleal, destruyendo por sí mismas esa imagen, y no dejando campo para nuestra actividad. Y no hablamos de los partidos políticos que han ido recopilando corruptos para sus filas, por poner un ejemplo. Por lo tanto, no vamos a hacer ningún comentario. Simplemente, vamos a publicar una información:
A fecha de hoy, 5 de noviembre de 2014, Rodrigo Rato es asesor del Banco de Santander.
Botellón
La corrupción que no cesa
Cada vez huele peor este país. Por lo menos, los políticos. La corrupción está a la orden del día: desde las cúpulas hasta el último concejal, e incluso las propias estructuras de los partidos intentan sacar todo el dinero que pueden de formas absolutamente ilegales: comisiones por obras públicas, sobornos por concesiones… El caso es acumular dinero para cuando se pase a la oposición, que las cosas estarán más difíciles, porque será otro el que pille los chollos.
Decíamos en un post anterior que los nuevos bancos ya no disimulan. Pero tampoco lo hacen los tradicionales. Es el caso del Banesto. Se ve que, como va a desaparecer, ya le da todo igual y pone en funcionamiento un fondo de pensiones con el explícito nombre de G. Acumulación P.P.
Y, por si acaso, el del anuncio mira para otro sitio. Supongo que representará a la Justicia.
Cliente: ¡Burro!
Yo creo que está claro hace mucho tiempo lo que los bancos piensan de sus clientes: se ríen de ellos. Ahora he encontrado una publicidad «subliminal» de Banesto que lo demuestra. La original es así:
Pero sólo tenemos que rellenar el cuadro con nuestra imagen (hemos usado la de un ciudadano anónimo para ilustrarlo) para ver qué es lo que realmente quería decir el Banco: «eres un burro».